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El cáncer es una enfermedad seria que pertenece en las manos de un profesional. Si alguien está enfrentado con la pregunta si someterse a una quimioterapia o no, no puedo dar consejos. Eso está más allá de mi competencia, es una decisión de cada quien en comunicación con su médico o con varios médicos para escuchar opiniones diferentes, a lo mejor también con naturópatas de confianza.
Aquí puedo dar unos consejos para prevenir el cáncer y para acompañar el proceso de sanación.
Mucha gente atribuye el cáncer a una sola causa y tiene recetas, como comer sólo crudo, no comer carne etc. Claro que no es así de fácil. Por lo general, esos consejos tienen una parte de verdad. Pero el cuerpo humano es más complejo. Como hay muchos tipos de cáncer, es difícil decir algo que valga para todos. Cuando alguien promueve una cura milagrosa, eso seguramente no es fidedigno, ni la quimioterapia, ni ninguna planta, ni ninguna dieta por buena que sea, provee una protección segura contra todos los tipos de cáncer.
Siempre es aconsejable tener una dieta equilibrada y natural sin muchos aditivos químicos. Hay crudívoros que pretenden que su alimentación da una protección absoluta contra el cáncer, lo que sin duda es exagerado pero seguramente tiene su grano de verdad. Para pacientes de cáncer puede ser recomendable reducir el consumo de cereales o eliminarlas de la dieta por completo (y por lo tanto nunca hay que seguir una dieta macrobiótica que podría ser fatal para un paciente de cáncer). Incluso si el médico asegura que un cambio de dieta no sirve, valdrá la pena probarlo. (Muchos médicos no suelen creer mucho en los beneficios de la dieta.)
La acción de las plantas contra el cáncer en muchos casos queda debatido. Y no queda siempre claro si la gente que cuestiona la eficacia, lo hace por convicción o por intereses. Así tampoco yo puedo pretender saber la verdad. Puedo nombrar algunas plantas y productos que tienen fama de anticancerígenos. Gracias al efecto placebo, probablemente todas estas plantas pueden actuar (aunque sin garantía) si uno cree fuertemente en ello.
Plantas que se suelen recomendar contra el cáncer son la cúrcuma (y por lo tanto también el curry), la espinaca, la piña, el diente de león, el ajenjo dulce, la chaga, el jiaogulan, el shiitake, el áloe vera, el nim. Con el muérdago se muestra cada vez más que su uso tradicional contra el cáncer tiene su justifiación.
Nuevas investigaciones atribuyen un potencial anticancerígeno al queso azul. Investigaciones muy prometedoras hay con la fontáinea. Una especie de lechetrezna es usada para tratar el cáncer de piel no melanoma.
La seta barbuda se usa para los cánceres dependientes de las hormonas, en particular el cáncer de mama.
El amamantar reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer tanto en el bebé como en la madre.
Uso tradicional contra el cáncer tiene la madre de miles. Productos de la cola de pavo probablemente son anticancerígenos. También la espirulina, el lapacho, el cacahuete y el aceite de hígado de bacalao por lo visto tienen cierto potencial contra el cáncer.
La leche fresca (sin los tratamientos que ha sufrido la leche del supermercado) y sus productos ácidos como el yogur tienen buenas acciones contra el cáncer. Incluso la mantequilla, pese de todo lo malo que se lee últimamente sobre ella, tiene propiedades anticancerígenas pero solo si la leche proviene de animales con pasto.
Especialmente contra el cáncer de colon se recomiendan el membrillo, el pomelo y el comino. Contra el cáncer de mama se recomiendan nueces; contra el cáncer de pulmón (y también otros tipos), la cebolla; contra el cáncer de hígado, el kumis. En el caso de cáncer de piel, la celidonia puede ayudar en el tratamiento. A la soja se le atribuye una acción contra el cáncer de estómago. Contra varios tipos de cáncer actúan la coliflor y la uva. Dos alimentos con gran potencial preventivo contra el cáncer, especialmente de colon y de mama, son el yogur y el trigo integral. La chicha, el hígado y posiblemente las propionibacterias también actúan contra el cáncer de colon. Contra el cáncer de mama se recomiendan diversas crucíferas como la col. A la jalea real también se le atribuye un potencial anticancerígeno.
Mucha gente después de recibir la diagnóstica de tener cáncer, cambia su vida de una u otra manera y si supera la enfermedad, piensa que ésa es la solución. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que el cáncer tiene un fuerte componente psicosomático. Si alguien cambia su vida y así se crea una nueva perspectiva en la vida, se está fijando más en la salud como objetivo y en la vida que no en la enfermedad, hecho que ya contribuye a la recuperación. Además hay que tomar en cuenta que la solución para el cáncer de una persona no es necesariamente la solución para el cáncer de otra persona, primero por los diferentes tipos de cáncer, también por las diferentes personalidades de los pacientes.
Un factor importante en el desarrollo del cáncer son los radicales (comúnmente llamados «radicales libres»), unas substancias muy reactivas. Para atraparlos y hacerlos inofensivos sirven los antioxidantes como la vitamina C y los flavonoides.
Plantas con mucha vitamina C son: limón, pomelo, naranja, arándano, capuchina, áloe vera.
Flavonoides se encuentran en muchas flores, frutos y otras partes de plantas: tomate, té, nopal, açaí, alcaravea, vara de oro, tomillo, hamamelis, gayuba, cola de caballo, arándano, bolsa de pastor, diente de león, achicoria, vino tinto y muchas otras más.
¿De dónde vienen los radicales? Por ejemplo del humo. Si nos exponemos mucho al humo de cigarros o incluso de incienso, o a gases de escape, aumentamos los radicales en el cuerpo. También si freímos con una temperatura que el aceite echa humo, eso crea radicales y hace que lo frito sea cancerígeno. Para eliminar los radicales, ayuda también la actividad física; por ejemplo se ha encontrado que los ciclistas que van en las ciudades, aunque están más expuestos a los gases de escape que los conductores dentro de sus coches, tienen menos toxinas en el cuerpo porque eliminan más.
Otros factores que fomentan el cáncer de modo que es aconsejable evitarlos son diversos aditivos en las comidas prefabricadas (algunos edulcorantes artificiales y potenciadores de sabor, por ejemplo tienen fama de cancerígenos) y las hormonas que se encuentran en muchas carnes y otros productos de la ganadería industrial.
Si alguien se somete a una quimioterapia, para reducir los efectos secundarios de ésa es recomendable el cáñamo indio, pacientes con náuseas a veces lo aguantan mejor fumado que en forma de comprimidos. También el jengibre, la cúrcuma y el cardo mariano alivian los efectos secundarios. La bifidobacteria y otras bacterias probióticas (por ejemplo en el yogur) ayudan a recuperar la flora intestinal después de una quimioterapia o radioterapia.